sábado, 13 de agosto de 2016

Pudo ser cualquiera, pero eras tú...

Te regalé un cactus, porque sabía lo mucho que te gustaban. Lo llamamos 'Gatiko, el cactus más bello del ejido'. Aún recuerdo perfectamente la envoltura y tu impaciencia por descubrir lo que había dentro.

Confieso que te extrañé la primera vez que fui a la cineteca y no fue contigo, secretamente te busqué en cada rincón, nos imaginé tirados en el pasto haciéndonos cosquillas...

Por mucho tiempo se me hacia un nudo en la garganta cada vez que trataba de hablar del eurojazz... Pero poco a poco te fui arrancando a pedacitos y dejé de asociarte con fechas, lugares, canciones, fotografías...

Hace algunos días que terminé de leer el libro de Murakami... lo dejé en el escritorio un par de meses, a veces intentaba leerlo pero creía no tenía sentido sino lo leía para ti.

Solo quería decirte que no me molesta más que te sigas alimentando de mi, que no tengo ninguna intención de vengarme, que seguramente encontrarás a alguien que te quiera más que yo, que no hay nada que perdonar o agradecer... pasamos y eso me basta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario