martes, 20 de octubre de 2015

Camisa roja de cuadros y otras drogas...




Me gusta su voz ronca, 
su suéter de pordiosero, 
su manera despreocupada de caminar,  
su falta de tacto para decir las cosas. 







Me gusta cuando se pone serio y habla sin parar, 
su talento para robarse pedacitos de tiempo,  
cuando dice: 'te quiero', 
que no cierre los ojos mientras me besa,  
su risa contagiosa,  
sus manos en mi cintura.




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